Culpa y vergüenza
Es habitual que la persona que está siendo acosada en cualquier ámbito de su vida, o incluso en varios, desarrolle una serie de sentimientos negativos en torno a su persona. El acosador elige a alguien de su entorno para llevar a cabo estas conductas por motivos como la envidia, los celos, su propia inseguridad o algún malentendido que cree imperdonable y hace que la otra persona se convierta en blanco de su ira.
Luego desarrollará toda una serie de estrategias para:
- Degradar al otro dentro de su círculo social
- Aislarlo para cortar cualquier vía de escape o apoyo
- Extender falsos rumores sobre esa persona e incluso sus seres queridos
- Manipular las situaciones para crear dudas sobre la capacidad del otro
Hay un periodo clave al principio del acoso en el que se puede buscar una solución y ponerla en práctica para cortar este tipo de conductas. Pero, por lo general, la víctima en ese momento todavía no entiende qué está ocurriendo y el tiempo pasa. Los ataques pueden ser encubiertos o directos, pudiendo participar otras personas que refuercen la conducta del acosador.
Si la situación se prolonga, la víctima puede desarrollar una serie de sentimientos hacia sí misma que no hacen más que socavar su autoestima.
La vergüenza le impide hablar con alguien del tema, los comentarios malintencionados la rodean y hacen que se avergüence de su situación. La sociedad nos educa para ser ganadores, agresivos, el pez grande que se come al pequeño..., y la víctima de acoso en ese momento se siente todo lo contrario.
La culpa por haber dejado que esa persona entre en su vida, por haber dejado que se produzca esa situación, por cometer errores que le dan la razón al acosador... Por ejemplo, si estrena una camisa nueva y el acosador se mofa de ello el pensamiento puede ser: "No debí ponérmela, es demasiado atrevida. ¡Qué estúpid@ he sido!"
El acoso nunca es culpa de la víctima, no "se deja" acosar. Debemos pensar que en la vida todos podemos encontrar personas que nos expongan a situaciones en las que se vulnere nuestra dignidad y se ponga en duda nuestra capacidad personal y pofesional. Por ello es tan necesario entender la mente del acosador, sus estrategias y cómo combatir conductas tan dañinas para la sociedad.
Os dejo el enlace de un artículo que considero interesante. Habla del acoso psicológico en general y creo que se adapta muy bien a cualquier situación (escolar, laboral, familiar...) Lo escribe el doctor Miguel Luna.
Acoso psicológico
Un abrazo.
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